Una cosa es aprovechar el espacio y otra es volvernos esclavos de él. Según un artículo de 1843 magazine, una empresa de Silicon Valley, California, desarrolló la tecnología para colgar los muebles del techo con el fin de que los apartamentos pequeños o apartaestudios se sientan un poco más espaciosos.
Desde el 2017 existe una tecnología parecida llamada muebles robóticos, que consiste en un solo mueble que se convierte en cama, escritorio y closet, se adapta a la función que necesites en el momento. Esta tecnología se puede manejar desde tu celular o tableta, también es compatible con Siri y Alexa.
Muchas veces, cuando vivimos en espacios pequeños, lo hacemos por economía de dinero, pues tiende a ser más económico un apartaestudio o loft que un apartamento de dos, tres o cuatro cuartos. La ubicación es otro factor que influye mucho en el precio de los inmuebles. Desde hace varios años, la presión sobre las grandes ciudades, la gentrificación y las denominadas “burbujas inmobiliarias”, han hecho cada vez más difícil encontrar espacios dignos de vivienda que sean posibles de pagar. A este ritmo, ya no pagaremos por el espacio sino por la tecnología que haya en él.
De pronto la idea de los muebles robóticos no se vea tan mal, pero ¿te imaginas los muebles colgando de tu techo? Más que agradable suena distópico. La tecnología es genial pero no perfecta y no debe ser gracioso llegar muerto de cansancio a la casa y que la cama no quiera bajar del techo por la razón que sea, o dejar el celular encima de la cama y olvidar que lo dejamos ahí cuando estemos listos para salir a trabajar y la cama ya esté arriba. Peor aún, qué tal si usamos el espacio de debajo de la cama para otra actividad y por cualquier inconveniente se descuelga… no parece una idea muy agradable
Foto nobbot
Además de los problemas que esta supuesta ayuda tecnológica puede representar sobre la actual presión inmobiliaria, vale la pena pensar en términos de uso armónico del espacio. El Feng Shui, por ejemplo, es un sistema filosófico chino basado en la ocupación consciente y armónica del espacio, con el fin de lograr que este sea una influencia positiva sobre las personas que lo ocupan. Dos de los principios de esta filosofía se basan en que los objetos nos influyen, así que el estado de nuestra casa o trabajo es el reflejo de cómo estamos. Por eso, muchas veces cuando cerramos o empezamos ciclos de nuestra vida nos gusta cambiar las cosas de lugar, reacomodar el cuarto, la sala o el apartaestudio. Muchas veces también lo hacemos por la luz el frío la vista. Somos seres cambiantes y así debe ser nuestro entorno. Vivir alrededor de muebles que su acomodación está predeterminada por un sistema eléctrico o vivir entre cuatro paredes y alrededor de un robot gigante que jamás podremos mover de sitio, definitivamente suena a tecnología del futuro, pero también suena a un futuro con espacios pequeños, caros y vidas más monótonas.